Interesante entrevista que le hacen a Richar Mille en Wirtschafts Woche a cuento de que ha abierto una boutique en Alemania.
A continuación hago una traducción libre de algunas preguntas y respuestas.
Señor Mille, la industria relojera suiza padece actualmente una caída de ventas y bajada de exportaciones. ¿No son buenos tiempos para el lujo?
Hay algunas marcas que se quejan, pero es increíble lo bien que marcha nuestro negocio. Nosotros tenemos también otra historia diferente a la de las grandes marcas. Era el año 2000 en la feria de relojes de Besel cuando ensoñé mis relojes sin tener un stand. Yo iba por los pasillos con mis relojes encima. En 2001 entregué 17 relojes a mis clientes por el precio de 200.000 francos. En 2015 hemos vendido 3264 relojes. Nosotros sabemos el número tan exacto porque nuestras piezas son ínfimas en comparación con las grandes marcas. Pero (nuestros relojes) están en los más alto del mercado y ello marcha bien para nosotros. Este año queremos producir alrededor de 4000 relojes.
¿Qué aspecto tiene el típico cliente de un reloj que cuesta hasta 2 millones de euros?
Nuestros clientes están en su mayoría formados, ya han recorrido un largo camino con los relojes de lujo. Tienen relojes de todas las marcas y las conocen bien. Muchos son coleccionistas. Y no necesitan aceptación social a través de símbolos de categoría social.
¿Por qué no tienen [sus relojes] una presentación de alta calidad?
Eso tiene motivos técnicos. Nosotros cooperamos con numerosos deportistas. Deben llevar nuestros relojes. Nuestra empresa existe desde 1999. No tenemos una tradición de siglos. Nuestra justificación debe venir de otro lado. Nosotros queríamos convencer al tenista Rafael Nadal. El reloj debe aguantar lo que en un Match pasa. Él no quería llevarlo en un Match y yo le pedí que por lo menos lo llevara nueve meses en los entrenamientos. El destrozó como 6 modelos. En una se salió el cristal del reloj, en otra volaron las agujas. El laboratorio de pruebas perfecto.
¿Son todas las pruebas exitosas?
Técnicamente sí, comercialmente no necesariamente. Un modelo, alrededor de los 823.000 euros, era casi tan preciso como un modelo de cuarzo. Mi reloj favorito en nuestra historia. Se desviaba 1,03 segundos por mes. Queríamos construir diez piezas, pero solo fueron vendidos dos. El problema fue que nadie se interesa realmente cómo funciona un reloj.
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